viernes, 21 de agosto de 2009

HISTORIA. Los árboles no les deja ver el bosque

Hola, hemos pensado que nuestra historia puede serles útil.

Antes de decidirnos por ese colegio visitamos muchos colegios, como unos diez aproximadamente, y después de reflexionar cuál sería el mejor para nuestra hija, llegamos a la conclusión de que Gençana se acercaba a la idea de la educación que queríamos para nuestra hija, porque es lo mejor que podemos ofrecerle para su futuro como persona.

Teníamos una sensación de libertad, nos seducía la idea de que se adaptaran a las necesidades individuales de cada niño, que diera una atención personalizada, era fantástico el poder entrar en el aula todos los días para acompañar y recoger a nuestra hija y compartíamos con ellos la idea de que los padres han de estar comprometidos con la educación de sus hijos.

Nuestra hija era muy bien mirada en el colegio, nosotros éramos unos padres muy participativos y colaboradores, éramos la familia “ideal” para la ideología de ellos.

Todo marchaba sobre ruedas hasta que, como padres muy involucrados en la educación de nuestra hija y con el colegio, empezamos a darnos cuenta de que no todos los niños eran tratados de igual manera como lo hacian con nuestra hija, el efecto pigmalion lo utilizaban inversamente con algunos niños.

Cuando comienzas a hacer preguntas, a cuestionar cosas, a pedir que te expliquen el por qué se hace esto o aquello, la vida de nuestra hija en la escuela dió un giro de ciento ochenta grados.

De ser de las “mejores alumnas” pasa a tener serios problemas de aprendizaje, esto ocurre de la noche a la mañana. Nos piden una tutoría y lo primero que nos dicen es que nuestra hija tiene muchos problemas, que no voy a detallar aquí porque es en lo que ellos se escudan, es el mango de su sartén.

A nuestra hija tienen que hacerle una adaptación curricular, frase clave para saber que te tienes que ir lo más pronto posible.

Esa “adaptación curricular” se basaba en darle cada vez menos actividades en su plan de trabajo semanal. Ella se aburría como una ostra, así que utilizaba sus recursos y estos eran usar su tiempo para ayudar a sus compañeros. Pero por menos de nada la castigaban (por cosas absurdas) y la enviaban a clases inferiores, así la aburrían más. Todo lo que hacía estaba mal, su tutora rompía sus trabajos porque “no servían para nada” y esto lo hacía delante de sus compañeros.

Quizá debería aclarar que utilizan a los niños para dar ejemplo, es decir, aquellos que según ellos “todo lo hacen bien”, son un ejemplo positivo para el resto de la clase, creando un gran estrés en estos niños ya que tienen un listón muy alto que deben mantener a costa de lo que sea. El otro lado de la moneda son aquellos niños que “todo lo hacen mal” son el ejemplo en negativo y la propia tutora hace referencias como que es el ejemplo de lo que no se debe hacer, creando en este caso un estrés en el niño por la vergüenza y humillación a la que está siendo sometido.

Cuando nuestra hija estaba en infantil no nos dábamos cuenta de este tipo de prácticas, comienzas a percibir algo en la medida en que van creciendo y comienzan a ser más autónomos y te van contando cada vez más cosas. Como padres preocupados vamos atando cabos y vamos descubriendo cosas que no nos gustan nada. Pero cuando sales y hablas con maestros que han pasado por ese colegio, descubres que esa es la forma de actuar desde que son muy pequeños, pero no te enteras, todo te parece idilico.

Criamos a nuestra hija en la igualdad, “todos somos iguales”, “todos valemos para algo, hay cosas que nos salen mejor y otras peor”, “no hay nada mejor en el mundo, solo hay que saber ver la realidad”.

Con la tutora que tuvo varios años mi hija era imposible hablar, es una persona inmadura e impulsiva y muy respaldada por la dirección. Si le preguntaba alguna cosa su respuesta era que no lo iba a entender. Tal vez el problema es que ella no sabía explicarlo. En esa recta final pedimos tutorías pero ella tenía una agenda tan apretada que no nos podía dar nunca una tutoría, lógicamente no le interesaba.

Un día fue una escritora al colegio y los niños hicieron una demostración de lo que trabajaban allí, pero no lo hacían todos los niños, sólo “los mejores”, evidentemente mi hija ya no estaba entre ellos, pero eso no era lo que me preocupaba. Lo que realmente me preocupaba era que no entendía por qué se decía que se trabajaba con los niños según sus posibilidades siendo “todos tratados de igual manera” y daban una demostración a esta persona tan sensible con la infancia con los que ellos consideraban “los mejores alumnos” dejando marginados a aquellos que, según ellos, era “los peores alumnos”. Era una contradicción, así que le pregunté a la tutora por qué todo lo hacía un grupo reducido y no toda la clase, ella simplemente respondió que venía una persona muy importante y había que mostrarle lo mejor. ¿Lo mejor?

Esto comenzaba ponerse muy oscuro, así que era el momento de salir de aquel sitio que en un tiempo pasado considerábamos que era lo mejor para nuestra hija. La decisión tuvimos que tomarla muy precipitadamente porque empezamos a ver en ella actitudes que no nos gustaban, como que empezó a tener pesadillas y volvió a hacerse pis en la cama todas las noches, algo que tenía muy superado hacía mucho tiempo. Tampoco quería ir al cole por las mañanas y era muy selectiva con la ropa que quería ponerse llegando a decir, eso para ir al cole, no. ¿Y por qué no?

Ahora que nuestra hija va a otro colegio y vemos lo bien que le va, creemos que fue nuestra mejor decisión. Es una niña sin problemas, muy buena estudiante y ha vuelto a ser la de antes. Pensamos que esa escuela hace mucho daño a los niños, tanto a los que les va “bien” como a los que les va “mal”. Lo peor es la cantidad de padres que hay a quienes los árboles no les dejan ver el bosque. En el momento en que empezamos a ir a contra corriente, esos padres dejaron de hablarnos, nos esquivaban y en parte les entiendo, o quiero entenderles, porque saben que tratar a padres a los que les están haciendo la guerra sólo les perjudica y hablo de padres con los que compartíamos muchas cosas, excursiones, comidas, etc. hoy día sólo mantenemos amistad con aquellos que han salido del colegio, a los otros con los que tuvimos relaciones muy estrechas y especiales los tienen abducidos y no son capaces de darse cuenta.

A aquellos que en un momento dado me dijeron: y si lo saco a mi hijo de aquí, dónde lo llevo. Pues puedo decirles por experiencia propia y de muchos otros padres, que se descubre todo un mundo cuando sales de ese colegio, además el que está comprometido con la educación de sus hijos, eso nunca cambiará lo lleves al colegio que lo lleves.

Mi hija solo echa de menos a sus compañeros con los que compartió desde que tenía 2 años. Del colegio ni habla, alguna vez dice que volvería si no estuviera esa “maestra”. Eso lo resume todo.

MENSAJE.Tenéis que cambiar el nombre del Blog

Hola, soy Paco Medina, acabo de descubrir este blog porque un papá de clase me lo ha dicho, y me he quedado bastante perplejo ya que yo creé el blog Crónicas de Gençana como algo positivo y vosotros estáis utilizando el tirón del blog con un nombre similar para todo lo contrario que el mío, y no quiero que por esta confusión se nos pueda vincular con lo que aquí opináis, sois libres de opinar y comentar lo que queráis, pero no está bien que utilicéis artimañas que puedan afectar a otros sin su consentimiento.

Os pido que por favor cambiéis el nombre de vuestro blog.

Un saludo,

Paco Medina, blogger de Crónicas Gençana