Yo me dedico a la educación, por lo tanto, sabía muy bien a que tipo de colegio estaba llevando a mi hijo.
Realmente nosotros no tuvimos problemas directos o en primera persona, pero soy muy observadora debido a mi profesión y veía algunas actuaciones que me era imposible compartir, ni tan sólo poder creer hicieran esas cosas cuando ellos ofrecían algo muy opuesto.
En infantil siempre tratamos a los niños de igual manera evitando la discriminación, pero respetando su individualidad. Parece una contradicción, pero es así, tratarlos a todos por igual pero respetando sus diferencias.
En esa escuela pude observar que había niños que no hacían algunas de las actividades programadas supuestamente para que la hiciera toda la clase a lo largo del curso. Como un ejemplo puedo que finalizado el curso algún que otro niño no se llevaba la “maleta viajera”, sin embargo, había otros que se la habían llevado en dos ocasiones. Nosotras en nuestras clases procuramos que todos hagan las mismas cosas y si el problema para que lo realicen es debido a su comportamiento, los motivamos para que puedan lograr autorregularse y autocontrolarse, según la edad, para alcanzar su meta. En esa escuela lo que hacen es hundir al niño y éste no encuentra ninguna motivación para hacer las cosas.
También observé refuerzos negativos, llamados comúnmente “castigos”, y la verdad yo no comparto esa metodología. Considero, por experiencia propia, que son más efectivos los refuerzos positivos. Lo que más me impactó fue que castigaran con la comida, no me explico cómo los padres permitían esas actuaciones, jamás se puede castigar con los aspectos básicos de la supervivencia. Y jamás pude entender cómo eso era permitido por el gabinete psicopedagógico.
Otra cosa que me llamó la atención es que el personal docente era muy inestable, estaban cambiándolo constantemente. Donde yo trabajo el personal ya tiene una antigüedad laboral considerable, el conocer a las personas de la escuela le da más seguridad a los niños. Además del tiempo de preparación que implica la adaptación a la escuela de la nueva persona. Tal vez tanto cambio se deba a que el ambiente de trabajo no es el más adecuado y eso indudablemente repercute en la actitud del trabajador.
Estas fueron las causas por las que saqué a mi hijo de la escuela, son cosas que sólo puedes ver cuando estás dentro, por eso me parece importante que se de a conocer, y a quien no le importe y valore otras cosas, que considere más importantes, pues que entre en la escuela.
Cuando a mi me preguntan por la escuela, yo no digo ni que es mala ni que es buena, sólo cuento lo que sé y dejo que la persona juzgue.
Muchas gracias por darme esta oportunidad si lo publican, considero que era obligación contar mi punto de vista.
Realmente nosotros no tuvimos problemas directos o en primera persona, pero soy muy observadora debido a mi profesión y veía algunas actuaciones que me era imposible compartir, ni tan sólo poder creer hicieran esas cosas cuando ellos ofrecían algo muy opuesto.
En infantil siempre tratamos a los niños de igual manera evitando la discriminación, pero respetando su individualidad. Parece una contradicción, pero es así, tratarlos a todos por igual pero respetando sus diferencias.
En esa escuela pude observar que había niños que no hacían algunas de las actividades programadas supuestamente para que la hiciera toda la clase a lo largo del curso. Como un ejemplo puedo que finalizado el curso algún que otro niño no se llevaba la “maleta viajera”, sin embargo, había otros que se la habían llevado en dos ocasiones. Nosotras en nuestras clases procuramos que todos hagan las mismas cosas y si el problema para que lo realicen es debido a su comportamiento, los motivamos para que puedan lograr autorregularse y autocontrolarse, según la edad, para alcanzar su meta. En esa escuela lo que hacen es hundir al niño y éste no encuentra ninguna motivación para hacer las cosas.
También observé refuerzos negativos, llamados comúnmente “castigos”, y la verdad yo no comparto esa metodología. Considero, por experiencia propia, que son más efectivos los refuerzos positivos. Lo que más me impactó fue que castigaran con la comida, no me explico cómo los padres permitían esas actuaciones, jamás se puede castigar con los aspectos básicos de la supervivencia. Y jamás pude entender cómo eso era permitido por el gabinete psicopedagógico.
Otra cosa que me llamó la atención es que el personal docente era muy inestable, estaban cambiándolo constantemente. Donde yo trabajo el personal ya tiene una antigüedad laboral considerable, el conocer a las personas de la escuela le da más seguridad a los niños. Además del tiempo de preparación que implica la adaptación a la escuela de la nueva persona. Tal vez tanto cambio se deba a que el ambiente de trabajo no es el más adecuado y eso indudablemente repercute en la actitud del trabajador.
Estas fueron las causas por las que saqué a mi hijo de la escuela, son cosas que sólo puedes ver cuando estás dentro, por eso me parece importante que se de a conocer, y a quien no le importe y valore otras cosas, que considere más importantes, pues que entre en la escuela.
Cuando a mi me preguntan por la escuela, yo no digo ni que es mala ni que es buena, sólo cuento lo que sé y dejo que la persona juzgue.
Muchas gracias por darme esta oportunidad si lo publican, considero que era obligación contar mi punto de vista.