Como la literatura es lo más importante del colegio, fomentar la lectura desde pequeños, ellos tuvieron la magnífica idea de montar una librería en los pasillos del colegio.
En un comienzo el personal docente te apuntaba el libro que comprabas en unos listados. Como esto les daba mucho trabajo decidieron que fuese “autoservicio”, es decir, tú coges el libro y lo apuntabas en el listado que tenían en una mesa, teniendo que rellenar las diferentes casillas con los siguientes datos: nombre del alumno, curso, título del libro, editorial (de paso le hacíamos inventario)y precio; al mes siguiente te lo cargaban en el banco.
El negocio fue creciendo, cada vez era más próspero a pesar de que todo el mundo, especialmente el director, nos metían en la cabeza que eso era mucho trabajo para ellos, que no obtenían ningún beneficio, pero que nos lo querían hacer fácil, “es un favor que os hacemos”, decía.
Estupendo, que condescendientes son con nosotros, que por regla general no pintamos nada, sólo cuando tenemos que dejar dinero.
Lo más curioso de esto es que, aunque ellos no sacaban ningún beneficio con las ventas, los libros costaban lo mismo que en cualquier librería. ¿Las librerías no tienen beneficio con la venta de los libros? Pero además de vez en cuando nos decían: la editorial “x” dejará de editar el libro “x” o la colección “x”, son libros que os recomendamos, que todos deberíais tener. Y, como es lógico, íbamos todos como corderitos a comprar en masa lo que ellos dicen que no estaría más en el mercado. Pasan los meses, los años y descubres que esos libros siguen vendiéndose en todos sitios, incluso en el colegio. Piensas… se habrán equivocado o la editorial habrá cambiado de parecer (¿tantas veces?). Cuando estás fuera y comienzas a ver la realidad de todo, te das cuenta que el director es un gran vendedor e hizo que comprásemos libros que tenía acumulados y no salían de las estanterías. Siempre hemos dicho que es muy “inteligente”. Ahora, nosotros, somos unos “pardillos”.
Cada vez que leían un libro en clase, automáticamente lo estaban vendiendo a todos los alumnos, esto en los más pequeños. Si vamos a la ESO te dicen: debéis comprar esta lista de libros (eso es como unos 500 € o más), que os servirán para toda la enseñanza secundaria; pero también hay que ir comprando durante el curso todos los libros que ellos promocionan. “Pardillos” otra vez, porque todos los años te pasan una lista que debes comprar.
Otra forma de vender libros es invitando a los propios autores. No criticamos la visita de los escritores, porque algunos daban charlas muy enriquecedoras, otros iban todos los años y terminaban por aburrir. Como venía el autor, toooodos a comprar en masa sus libros. Era lógico que dijeran que “Gençana es donde más libros venden”
Pero aquel negocio que no daba “beneficio” pero si daba mucho “trabajo”, fue creciendo y creciendo ya no sólo vendían libros, sino que también vendían material escolar el que utilizan en las aulas (regletas, bloques lógico, etc), también peluches, juegos y cd’s de música. Y como había que dedicarle tiempo a la libreria que no daba "beneficio", buscaron una empleada, la hermana del director, que seguramente lo hacía gratis y altruistamente, porque como eso no era un "negocio". Ella muy amablemente te decía en qué lugar estaba el libro, si se había agotado te lo encargaba y reservaba, pero además, si comprabas para hacer un regalo ella te lo envolvía en papel de regalo y los listados para apuntar el libro fueron desapareciendo, principalmente porque ya había más variedad de artículos, por lo tanto, le pagabas directamente a esta señora aunque ella nunca te daba factura, quizá... ¿ porque no tienen CIF de librería?
Para hacernos las cosas más fáciles, en vísperas de navidad ellos abrían para vender al público, cuando ya estaban de vacaciones escolares los alumnos, es decir, se convertía en “LA LIBRERÍA GENÇANA” donde podía comprar cualquier persona de la calle. Abrían también los sábados.
Nuestras casas se llenaban de libros, cosa que no está mal, pero muchas veces se compraba por comprar, eso también es una forma de consumismo, ese que ellos tanto detestan. Los educadores te decían que ellos controlaban lo que compraba cada alumno. Vamos, que dependiendo de lo buen cliente que eras, así te trataban, sin contar con que puedes comprar libros en cualquier parte.
¡QUE "PARDILLOS" FUÍMOS!
LO BUENO ES QUE YA NO LO SOMOS, AHORA LO SON OTROS.
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